Alejandro Obregón: Arte Colombiano


Alejandro Obregón 1925
fuente; mcarts.com
Alejandro Obregón, de nombre completo: Daniel Alberto Alejandro María de la Santísima Trinidad Obregón Roses (Barcelona 1920 - Cartagena 1992), fue un pintor colombo-español, de padre colombiano y madre de origen catalán, sus padres se trasladaron a Barranquilla cuando él era muy niño. Luego de terminar el colegio, se fue a vivir a Boston en donde estudió en la Escuela del Museo de Bellas Artes. Volvió de nuevo a Colombia y, por varias dificultades, tuvo que verse obligado a trabajar como conductor de camión en las petroleras del Catatumbo. Las selvas y el entorno de este sector le inspiraron pictóricamente. Se matriculó en el Museum of Fine Arts School, duró en ella apenas un semestre, en este lugar realizó su primera exposición.  Años después, emprendió el rumbo a su tierra natal y estudió en la Escuela de la Lonja, pero no terminó sus estudios por un conflicto con varios profesores de la Escuela.

Muerte a la bestia humana - 1983
Alejandro Obregón
fuente; mcarts.com
Alejandro Obregón fue un artista plástico y sin lugar a dudas, fue uno de los exponentes más notables que ha tenido en sus filas, la llamada corriente plástica del expresionismo.

El expresionismo nació para contrarrestar al impresionismo y entonces, por ello, se destacó por imprimirle a las obras de este tipo un carácter híper personal e intuitivo, en el cual, la visión del artista es el rasgo saliente… algo que claro proliferó en la obra de Obregón.

Su inclinación a representar la naturaleza surgiría de su experiencia de conducir un camión en la selva colombiana de Catatumbo.

También, las obras de Obregón supieron prestarle especial atención a dos cuestiones: por un lado, a la cultura colombiana, ya que muchas veces aparecía representada, y por otra parte, también se preocupó de expresar una fuerte crítica político-social sobre algunas cuestiones que sucedían.

A mediados de la década del cincuenta conoce al fenomenal artista Picasso y, sin dudas, le dejará una huella imborrable que influirá en su obra.

Oleo Violencia - 1962
Alejandro Obregón
fuente; Banrepcultural
Durante estos años, 1958-1965, Alejandro Obregón fue el pintor más influyente del país, mezclando lo nuevo y moderno. Fue merecedor del primer premio de Pintura en el Salón Nacional, con los óleos Violencia e Ícaro y las avispas. Alejandro, dueño de un estilo expresionista y americanista, realizó muchos lienzos que aluden a la grandeza y a la feracidad del continente. Cuadros destacados de este período son: Naufragio (1960), La trepadora (1961), El mago del Caribe (1961), Homenaje a Gaitán Durán (1962), Violencia (1962), dicha obra confirmó su irrenunciable vocación de denuncia; Volcán submarino (1965) y Flor de páramo (1965).

Su obra también refleja la gran admiración hacia la naturaleza colombiana, la cual retrata en otras importantes pinturas como Ganado ahogándose en el Magdalena (1955), Pez Dorado (1947), Nube Gris (1948), Cóndor de los Andes (1959), y el Toro-cóndor (1960), entre otras.

Otras obras destacadas son: Homenaje a Camilo Torres (1968), Barracuda (1970), Huesos de mis Bestias (1974), Flores Carnívoras (1976), Trueno Seco (1976), Antepasado Loco (1977), Nubes de Cartagena (1977), Blas de Lezo (Autoretrato-1979).

Alejandro Obregón
fuente; El Universal - Cartagena
Alejandro Obregón murió el 11 de abril de 1992, víctima de un tumor cerebral que afectó seriamente su vista y que lo obligó a viajar a finales de febrero de ese año, por última vez, a los Estados Unidos para someterse a un tratamiento. Falleció en Cartagena, pero fue sepultado en Barranquilla. En noviembre de 1992, la galería El Museo organizó un homenaje a la memoria del maestro, en que se incluyó una pequeña retrospectiva y en la que participaron algunos grandes pintores latinoamericanos.

Alejandro Obregón
Condecorado con la Orden de San Carlos
fuente; mcarts.com
Durante su vida recibió un sinnúmero de premios y distinciones entre las que se cuentan: La Orden de San Carlos en 1970, la Cruz de Boyacá, un mes antes de su muerte, en 1956 obtuvo el primer premio en la Exposición Gulf Caribean Internacional, en Houston y ganó el primer premio con su óleo Velorio, que fue adquirido por la Unión Panamericana de Washington. Entre 1962 y 1963, Alejandro Obregón ganó el Premio Nacional de Pintura del XIV Salón de Artistas Colombianos con La violencia; en octubre de 1963 obtuvo el primer premio de la II Bienal Suramericana de Arte que tuvo lugar en Córdoba, Argentina; en 1966 ganó por segunda vez, el premio del XVIII Salón de Artistas Colombianos, con el óleo Ícaro y las avispas. También se mantuvo su asistencia a bienales latinoamericanas y la obtención de galardones, como el Gran Premio Latinoamericano Francisco Matarazzo Corintio de la IX Bienal de São Paulo, por su Ícaro calcinado, entre otros.
Alejandro Obregón - paintings- "Ofrenda", Justo Almario; Jorge Emiro Contreras


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Thomas van der Hammen; Ciencia Colombiana

Thomas van der Hammen (Schiedam, Holanda, 1924 - Chía, Colombia, 2010)fue un geólogo, botánico, micólogo, paleontólogo y arqueólogo Colombo-Holandés, Hijo de Cornelis van der Hammen y Josina van der Spuy. Aunque el Dr. Van Der Hammen nació en Holanda, su desarrollo profesional y familiar lo hizo en Colombia, por lo que sus colegas, estudiantes y en general todo el ámbito científico lo consideraron como un colombiano y, él mismo, se declaró colombiano hasta la médula y fue uno de los primeros en darse a la tarea de enseñarle a Colombia a cuidar su entorno ecológico.


Thomas Van Der Hammen
fuente; Su Madre Naturaleza 
Canal Capital
Desde su juventud se interesó, inicialmente por la Astronomía y luego, por la Biología y la Geología. Inició su colección juvenil de minerales, rocas, fósiles, insectos, musgos y todo cuanto en su curiosidad de adolescente, le llamó la atención.

Terminada la guerra mundial, en 1945, en Leiden comienza sus estudios de Geología y Biología. En 1948 obtiene el grado de candidato en Geología, en 1949 el grado de Magíster en Paleontología y Botánica y en 1951, como Doctor.

En noviembre de este año llega a Colombia y trabaja en el Servicio Geológico Colombiano hasta octubre de 1959, como Jefe del Departamento de Palinología y Paleobotánica. Al mismo tiempo es profesor en las universidades Nacional y Distrital.

fuente; Jardín Botánico de Bogotá

En 1953 se casó con Anita Malo Rojas, con quien tuvo tres hijos colombianos; Thomas, María Clara y Cornelius Bernardo, luego de realizar muchos viajes por el mundo ya sea como investigador de campo, conferencista, profesor universitario y fundador de grupos de investigación. Se radicó en Colombia definitivamente en el año 1961.

Sus grandes pasiones: naturaleza, arte (en especial la escultura), música clásica (fue violinista), ballet clásico, literatura y filosofía.

Thomas Van Der Hammen formó parte de las expediciones científicas que revelaron el pasado cultural y biológico del actual territorio colombiano. Su comprensión de nuestra naturaleza deja un legado invaluable para el país en momentos en que fortalece el reconocimiento y protección de la diversidad.

fuente; Jardín Botánico de Bogotá

Su gran interés en Colombia fue estudiar los ecosistemas colombianos y en especial los ecosistemas andinos, a lo que le dedicó buena parte de su vida; pero el mejor logro que realizó en el país fue la formación de una gran cantidad de científicos colombianos para, que pudieran proseguir con el estudio de los ecosistemas y en la parte relacionada con el ordenamiento territorial, teniendo en cuenta la estructura ecológica principal, sin duda uno de sus principales legados.

Formó parte del grupo de la facultad de geología de la Universidad Nacional de Colombia, al tiempo que dictaba clases en las universidades Pedagógica y Distrital y en el Instituto Colombiano de Antropología, donde su aporte fue significativo en el desarrollo de la antropología colombiana.

Organizó expediciones de investigaciones por todo el país en las que se descubrieron culturas precerámicas de muchos milenios de antigüedad, fue miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la Sociedad Colombiana de Antropología, de la Sociedad Colombiana de Geología y de la Academia Colombiana de Ciencias.

fuente; Jardín Botánico de Bogotá

En los alrededores de su casa de Chía, formó un bosque con plantas nativas de la sabana, además de restaurar un pequeño humedal, lo que demuestra la coherencia que practicó en su vida, era un sabio integral. 

El Dr. Thomas Van Der Hamemm, recibió múltiples distinciones a nivel nacional e internacional, entre las que se cuentan;  La Orden de San Carlos en 1970, la Medalla Honorífica por su obra científica en 1974 por la Real Asociación Holandesa de Geología y Minería, en 1989 recibió de la Reina de Holanda la distinción “Caballero de la Orden del León de Holanda”, en 1994 recibió el Premio Nacional del Medio Ambiente por vida y obra en Colombia, en 1998 la Dirección de Parques Nacionales le otorgo la “Orden Manobi”, En 2007 recibió el Premio Fundadores (1ª Versión) de la Sociedad Colombiana de Geología, en la ceremonia de inauguración del XI Congreso Colombiano de Geología, entre muchos otros.

fuente; Savia Botánica
Y por los 50 años del Departamento de Geociencias, agosto de 2006, recibió un homenaje por su aporte al desarrollo del Departamento de Geología de la Universidad Nacional.

Además fue; Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y Miembro de la Sociedad Colombiana de Antropología, en 1976 es nombrado Miembro Extranjero de la Real Academia Danesa de Ciencias, desde 1980 fue miembro Honorario de nuestra Sociedad Colombiana de Geología,

Mediante Acuerdo CAR número 11 del 19 de julio de 2011, el Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) declaró la reserva forestal productora Regional de Bogotá, D. C. “Thomas Van der Hammen”; esta zona de reserva ambiental tiene un área de 1.395 hectáreas y  se localiza en el borde norte bogotano en las localidades de Usaquén y Suba. Su nombre se asignó en memoria al brillante científico colombo-holandés Thomas Van der Hammen quién dedicó años de estudio a esta zona y al altiplano cundiboyancese. Si sumamos al área de la reserva lo que ella conecta (Humedal La Conejera, Quebrada La Salitrosa, Bosque de Las Mercedes, Humedal Torca – Guaymaral, Cerro La Conejera, Bosque de las Lechuzas, río Bogotá y ronda de cerros orientales) la zona ambiental conectada serían 1.800 hectáreas aproximadamente.

fuente; Revista Dinero
Uno de los proyectos que más controversia le ha traído al gobierno de Enrique Peñalosa es el uso y delimitación de la reserva Thomas van der Hammen. La Administración Distrital de Bogotá presentó la nueva propuesta para el mapa de la reserva natural, a comienzos de abril de 2018 para que sea estudiado por la CAR, con el cual se busca que el área total de esta aumente de 1.396 a 1.710 hectáreas y la zona ambiental pase de 634 hectáreas a 1.104.

Según la alcaldía, esta ampliación se daría con el fin de utilizar 104 hectáreas para la construcción de vías, y la propuesta, que se radicó ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) tras 14 meses de estudio, contempla mayores espacios para bosques y recuperación de humedales. (Laura Lucía Becerra Elejalde - La República)

fuente; Thomas van der Hammen; Jardín Botánico de Bogotá


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José Eustasio Rivera; Literatura Colombiana


José Eustasio Rivera nació en el pequeño pueblo de San Mateo, hoy Rivera (Huila), el 19 de febrero de 1888, en el seno de una familia dedicada a las labores del campo y con aguerridos antepasados huilenses; su padre, don Eustasio Rivera, era hermano de los generales conservadores Pedro, Napoleón y Toribio Rivera, quienes desempeñaron importantes cargos en la administración, el Congreso y el campo educativo. Casado con Catalina Salas, el matrimonio tuvo once hijos.

Rivera estudió en los colegios Santa Librada de Neiva y en el San Luis Gonzaga de Elías. Desde el colegio, tuvo interés por los números y las letras. Estando en la cúspide del bachillerato, ya había escrito algunos poemas y sonetos tales como: “Gloria”, “Tocando diana”, “En el ara”, “Duo de flautas”, “Triste”, “Aurora boreal”, “Diva, la virgen muerta”, entre otros.

ColArte
José Eustasio Rivera comenzó su camino literario rondando entre el romanticismo y el modernismo. Realmente no perteneció a las dos tendencias literarias del momento, ni a los Centenaristas, tampoco a los Nuevos, sino que logró un estilo muy personal. Se interesó sobre la geografía física, el paisaje y la naturaleza. De estas dos temáticas creó una correlación íntima entre ellas y el poeta, su objetivo no era amenizarlas. Esto fue reflejado en el poemario: Tierra de promisión. Ahora bien, Rivera vivió obsesionado por la mortalidad y la intrascendencia de la condición humana.

En 1906, escribió bajo el seudónimo de Pacífico Coral, bautizado así por un profesor, escritor y gran amigo que le impartió clases en la Escuela Normal de Bogotá. En 1909 se trasladó a Ibagué y se desempeñó como inspector escolar. Para este periodo, estuvo muy influido por la poesía épica de Miguel Antonio Caro y de Rafael Núñez, así que sus poemas mostraron mucho de ello. Estos poemas estuvieron enlazados a las celebraciones del primer centenario de la independencia de los países bolivarianos. En la Oda a España, se encuentran varios de estos poemas, la cual fue publicada en septiembre de 1910 por El Tropical de Ibagué y ganadora del segundo lugar en los Juegos Florales de Tunja, en 1910.

José Eustasio Rivera estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional, graduándose en 1917 con la tesis Liquidación de las herencias. Tiempo después de egresado, le fue ofrecida desde Neiva una curul en la Cámara de Representantes, que Rivera aceptó. Pronto un telegrama del obispo de Garzón, Esteban Rojas, pidiéndole la renuncia “por el bien de la unidad católica”, hizo que el escritor exclamara: “Me barrieron de un sotanazo”.

BanRepCultural
El contacto de José Eustasio Rivera con los Llanos Orientales tuvo lugar en función de su profesión de abogado, donde viajó en bongó por el río Meta hasta la hacienda Mata de Palma, y durante la que hizo amistad con Luis Franco Zapata, figura clave en la génesis de La Vorágine, quien se había escapado con Alicia Hernández Carranza y juntos llegaron al fondo de la Amazonia, entre Colombia y Venezuela, y se instalaron en las caucherías del Brazo Casiquiare, cerca de Brasil.

Zapata le contó todas sus historias a Rivera, desde las más íntimas hasta las de índole social, sin excluir las mitológicas, las de aventuras y las de sangre. “La mayor parte de los personajes de La Vorágine surgieron de los relatos de Luis Franco Zapata, incluidos los nombres, que poco variaron.” (Según Isaías Peña Gutiérrez)

BanRepCultural
La Vorágine, se publicó el 25 de noviembre de 1924, es la única novela escrita por el autor colombiano José Eustasio Rivera. Nadie como él ha sabido narrar la lucha entre el ser humano y la Naturaleza, representada por la selva lujuriante. Se trata de una obra de denuncia de las miserias físicas y morales del mundo de los caucheros, increíble reducto de la vida colombiana donde aún prevalecían las más atroces e inhumanas leyes de la esclavitud. En muchos aspectos, la novela continúa siendo de palpitante actualidad.

BanRepCultural
Aparte de novelista de la selva, José Eustasio Rivera fue prolífico en la poesía, conociéndose de él cerca de 170 poemas y sonetos de talante modernista. Rivera comenzó a escribir poesía desde sus años escolares, y al terminar sus estudios universitarios ya había publicado decenas de composiciones, por lo cual no es de extrañar que su primer libro en grande fuera una colección de 56 sonetos, Tierra de Promisión, publicado por vez primera en 1921.

Canal Llanero
El 29 de octubre  de 1928 recibió un homenaje en la Universidad de Columbia, dictó conferencias y llegó a rumorearse que sería nombrado cónsul, además de tramitar nuevas ediciones de la novela y su adaptación al cine. Pero comenzó a sentirse mal:  lo que en un principio el médico creyó que era una gripe y que finalmente jamás logró diagnosticarse (no se permitió la autopsia), fue convirtiéndose en un grave estado que, tras cuatro días en coma, llevó a la muerte a José Eustasio Rivera, a las 12:50 de la invernal tarde del 1 de diciembre de 1928, posiblemente de una malaria contraída en la selva. A Rivera también se lo devoró la selva.
Fuentes;  Biografías y VidasHistoria y BiografíaLibrería NacionalBanRepCulturalUniversidad del Rosario, Diario El TiempoResplandor Editorial

La Vorágine; bncolombia


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